Y
mis
lágrimas
Caen
Tan
Len
ta
men
te
Como
Hojas de un árbol
Que se está pudriendo
Maty Serrano
martes, 15 de abril de 2008
SE FUE...
Para P.I.
Se fue. Se convirtió en polvo; y por más que trate de inmortalizarlo, no puedo. Nació del polvo y volvió a él. Y puede que nada de lo que haya hecho tenga sentido; puede que no haya dejado nada, que su estadía en este mundo haya sido un simple camino, un pasaje de un lado a otro sin objetivos, sin fundamentos (si es que existe ese otro lado). Y no puedo entenderlo.
Que todo lo que haya dejado sea simplemente éste, mi recuerdo y mi impotencia de querer retenerlo y no poder. Desapareció, ya no está; y me invade esa sensación de vacío insoportable de no poder volver a abrazarlo, de tener que resignarme a haber perdido su sombra, su sonrisa. Escarbar sin cansarme en el pasado y no poder recuperarte. Desesperarme, hundirme. Que me sangre la memoria, que lloren los ataúdes, que tiemble la tierra, que las velas no se consuman jamás.
Que el látigo del tiempo deje de azotarnos: que logremos inmortalizarte.
Que tus ojos nos sonrían por siempre. Que tus pies peregrinen por nosotros, pobres miserables, a quienes hemos sido privados de tu compañía.
Que no me canse de recordarte jamás, que no pueda dejar de imaginar tu sonrisa entre multitudes de quejas. Que nadie me arranque tu imagen, así como me arrancaron tu cuerpo y tus caricias.
Que repique tu voz en mi alma eternamente: que ningún ser apague jamás tu grito incandescente.
Perdóname por el tiempo perdido, por las culpas reprochadas, por ese abandono inconsciente, involuntario, irreversible.
Quiero volverme polvo con vos, si ya nada tiene sentido... si permanecer a tu lado es renacer.
No quiero volver a levantarme si no puedo tener el calor de tus mejillas, si no tengo la suavidad de tus caricias, si no puedo respirarte.
Quiero que me devuelvan lo que me sacaron sin razón alguna. Sentir que todo cambia de color, que existe algo mejor, que hay algo más allá de estas paredes frías, de estas palabras vacías.
Dejar de respirar para que puedas mover un brazo. Arrancarme la lengua para que puedas ver, cortarme las manos para que vuelvas a sonreír. Convertirme en polvo para devolverte la vida. Que vuelvas a crearme. No poder dejar de pensarte, inmortalizarte.
Que todo lo que haya dejado sea simplemente éste, mi recuerdo y mi impotencia de querer retenerlo y no poder. Desapareció, ya no está; y me invade esa sensación de vacío insoportable de no poder volver a abrazarlo, de tener que resignarme a haber perdido su sombra, su sonrisa. Escarbar sin cansarme en el pasado y no poder recuperarte. Desesperarme, hundirme. Que me sangre la memoria, que lloren los ataúdes, que tiemble la tierra, que las velas no se consuman jamás.
Que el látigo del tiempo deje de azotarnos: que logremos inmortalizarte.
Que tus ojos nos sonrían por siempre. Que tus pies peregrinen por nosotros, pobres miserables, a quienes hemos sido privados de tu compañía.
Que no me canse de recordarte jamás, que no pueda dejar de imaginar tu sonrisa entre multitudes de quejas. Que nadie me arranque tu imagen, así como me arrancaron tu cuerpo y tus caricias.
Que repique tu voz en mi alma eternamente: que ningún ser apague jamás tu grito incandescente.
Perdóname por el tiempo perdido, por las culpas reprochadas, por ese abandono inconsciente, involuntario, irreversible.
Quiero volverme polvo con vos, si ya nada tiene sentido... si permanecer a tu lado es renacer.
No quiero volver a levantarme si no puedo tener el calor de tus mejillas, si no tengo la suavidad de tus caricias, si no puedo respirarte.
Quiero que me devuelvan lo que me sacaron sin razón alguna. Sentir que todo cambia de color, que existe algo mejor, que hay algo más allá de estas paredes frías, de estas palabras vacías.
Dejar de respirar para que puedas mover un brazo. Arrancarme la lengua para que puedas ver, cortarme las manos para que vuelvas a sonreír. Convertirme en polvo para devolverte la vida. Que vuelvas a crearme. No poder dejar de pensarte, inmortalizarte.
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