miércoles, 21 de mayo de 2008














E. Munch, litografía, 1898
No soy esa, no. No soy esa que se mira en espejo y no se reconoce. A la que le crecen las ojeras y las bolsas de los ojos se le marcan de negro; el rimel corrido de tanto llorar.
No soy esa a la que le tiemblan las manos de miedo y la boca se le vuelve pastosa de tanto café.
No soy esa que fumar incansablemente a pesar del dolor de cabeza, tampoco soy la que no duerme de noche tratando de encontrar una solución.
Crash!

miércoles, 7 de mayo de 2008

II
Un remolino de sinrazones y deseos de poder envuelven mis sábanas. Y te pienso irreal e indescriptible. Tus lágrimas apócrifas recorren la curva de mi espalda, mientras que tus miedos entumecen mis muslos. Tus ansias de venganza humedecen mis labios y tus brazos envuelven las caderas de mi orgullo. Mis gemidos besan tus manos y mis temores bañan las costas de tu cuerpo. Me fundo en laberintos prolíficos mientras que las sinrazones y deseos de poder se asoman por debajo de mis sábanas.