Quien mejor que Baudelaire, uno de los malditos, poeta de la insatisfaccion, para hacernos reflexionar hoy sobre el constante conflicto del poeta entre el mundo exterior e interior. No digo mas, que hable Charles.
Lector apacible y bucólico, sobrio e inocente hombre de bien, arroja este libro saturniano, orgiástico y melancólico. Si no has estudiado tu retórica con Satán, el astuto decano, ¡arrójalo! No comprenderás nada de él, o me creerás histérico. Pero si, sin dejarte hechizar, tu pupila sabe sumergirse en los abismos, léeme, para aprender a amarme; alma curiosa que sufres y andas en busca de tu paraíso ¡compadéceme! Si no, ¡yo te maldigo!
Charles Baudelaire (autorretrato en tinta)
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